He estado desconectada unos días, rollos con las empresas de telefonía ¡¡¡¡grffgrf!!!!, pero bueno, al final estoy aquí de nuevo, y no sabéis las ganas que tenía de escribir, por que ha coincidido con uno de esos momentos que no quiero olvidar.
Hace más o menos un mes, el peque me pedía el pecho cada vez más seguido, pensé que era por el calor, pero también notaba que cada vez tenía menos que ofrecerle, así que hace dos viernes y después de que montara un número monumental de lloros, (aclararé que mi peque no llora) decidí darle un biberón, no sabéis lo culpable que me sentí, no por darle el biberón en sí, si no por la cantidad de días que el pobre estuvo con la comida racionada hasta que me dí cuenta.
He intentado combinar las dos opciones, pero cada día le costaba más, así que al final hoy ha sido el primer día de solo biberón. Es una sensación rara, como la de el paso de la minicuna a la cuna, es una profunda nostalgia que no consigo sacudirme con nada, pero bueno supongo que al final todo se pasa..., no?