miércoles, 6 de octubre de 2010

Ampliando horizontes

Mi enano es muy tranquilo, demasiado, tanto que en la guardería quieren adoptarlo, su profesora dice que en un mes solo ha llorado una vez y fue porque se golpeó con un sonajero.
Yo, porque lo he visto llorar, sino estaría preocupada. Que pasa, que esa tranquilidad le lleva a que tengamos que estimularlo mucho, por que a él todo le va bien, estar solo, acompañado, en la cuna, en la trona... de hecho no estira los brazos para que lo cojan, se limita a esperar y sonreir, hemos llegado a la conclusión de que no le hace falta y por eso no reclama.
El caso es que no se sentaba, pero por esa falta de iniciativa propia, por más que intentábamos que se mantuviera sentado, se reía y se dejaba caer, porque ni siquiera hacía el intento de tirarse, sino que para donde la ley de la gravedad decidiera, para allí caía.
Así que nada, hemos decidido que había que ampliar horizontes y hemos empezado a probar dejando muñecos fuera de su alcance para que tuviese que hacer el esfuerzo, pero él en su linea, "si no llego, no me interesa".
Pero este fin de semana ha descubierto los mandos a distancia, estábamos en el sofá, motivándole con sus muñecos favoritos y de repente a divisado el mando a distancia al otro lado, se ha tirado en plancha, de tal forma que ha descubierto que hay mundo un poco más allá del alcance de su mano, lo que también entraña sus riesgos, pero ya lo iremos corrigiendo poco a poco, así que de repente los juguetes que estaban más lejos han empezado a captar su interés y una vez en sus manos, se ha obrado el milagro, ¡ya se mantiene sentado!, así que nada, ahora doble vigilancia, una para que no coja nada con lo que pueda dañarse y dos que no se caiga o le dé por gatear.