Yo no soy muy de playa, los que me conocen lo saben, además como soy muy blanca paso del blanco enfermizo al blanco, del blanco a menos blanco y del menos blanco al rojo, cuando llego a este punto, vuelvo al menos blanco, total que ni por que me pase un mes entero yendo a la playa, me pongo morena, si a eso le añadimos que soy alérgica al calor... Encima, arena pegajosa, gente maleducada que no es capaz de controlarse a sí misma, cuando menos a sus hijos, colillas, medusas y un largo etc, donde los demás ven un paraíso, para mi es un incordio.
De todas formas y en favor de la salud y entretenimiento de mi hijo mayor, hago el esfuerzo y voy, no todo lo a menudo que él quisiera (compensamos con piscina) y no todo lo poco que a mi me gustaría. Este año, hemos tirado de abuelos y tíos que hicieran de chófer/canguro playero, con la excusa de que el pequeño era muy pequeño y como encima habíamos hecho dos intentos fallidos de piscina, nos crecíamos en nuestro convencimiento de que este año no tendríamos que ir, pero han llegado unos amigos de fuera y el hotel está al lado de la playa, así que nos esperan cinco días de arena, de esos que a mi tanto me gustan.
Hoy ha sido el primero.