Tenían que llegar, demasiado estábamos tardando, pero tenían que llegar, llegan a todas las casas y la mía no iba a ser menos, como no! demasiado bien se portan mis hijos, que duermen la noche de un tirón y a la primera que me enfado hay orden, pero como en todas las casas de reyes destronados, los celos han llegado (mira un pareado).
El mayor desde siempre ha estado muy enmadrado, demasiado para mi gusto, pero no puedo quejarme por que yo soy la primera que está todo el día besando y abrazando, así que no tengo nada que no me haya ganado a pulso.