No sé que sintió mi madre cuando yo nací, pero supongo que el sentimiento fue similar a los que yo sentí cuando nacieron mis hijos, es una emoción desbordante, es un amor intenso y es un miedo indescriptible, miedo a equivocarte, a no saber educarlos, a no poder darles todo lo que necesitan, a no ser la mejor. Yo en los dos primeros encuentros, en el momento de conocerlos, de abrazarlos y besarlos, no puede contenerme y empecé a llorar de felicidad.
Con el tiempo, ganas destreza en el ejercicio de tu nuevo cargo, y aquí es donde la mayor parte de las veces la responsable de tu buen hacer, es tu madre, en mi caso tengo una madre ejemplar, no quiero hacerla parecer perfecta, porque nadie lo es, pero supo hacerlo bien, me ha enseñado el justo equilibrio entre madre, esposa y mujer, me ha enseñado a amar, a respetar y a educar a mis hijos, me ha enseñado a dar sin consentir, a enseñarles que se puede ser feliz con un abrazo, con un beso, con el amor de los tuyos por encima de lo material, me ha enseñado a inculcarles el gusto por el amor de piel, por no tener miedo a expresar sus sentimientos, a confiar en nosotros y contar con esto en los malos momentos, me enseñó también que lo importante se guarda en el corazón y no en el banco y que no es suficiente con sentirlo, también hay que expresarlo.
No quiero que penséis que me lo enseña ahora, diciéndome como tengo que hacerlo con mis hijos, no, lo hizo en su papel de madre con nosotros, no fue fácil para ella, como no lo es para ninguna, los hijos nos encargamos de eso y por eso me respeta ahora y me permite ejercer mi derecho a equivocarme.
Pero hoy también me acuerdo de otras madres, además de la mía, de mis amigas que se han convertido en madres y hoy como yo celebran su estreno en este papel, enhorabuena y suerte para todas ellas, el camino es largo y afortunadamente nos tenemos las unas a las otras.
De las madres que pudieron ser y no fueron, por aquellos hijos que no llegaron (en mi recuerdo se queda el mio, que decidió no seguir con nosotros a las 8 semanas de gestación) pero que se quedaran en el corazón de sus madres para siempre, hoy mi recuerdo para una muy especial, ella sabe quien es y lo mucho que la entiendo.
De aquellas madres que se fueron antes de tiempo, pero que nos observan desde su retiro para darnos fuerza, también hoy tengo en mi recuerdo a una y para su hijo que también sabe quien es, me alegro de tu vida después de aquello, hoy tu madre se sentirá orgullosa de ti.
De aquellas madres que no lo son pero que lo están intentando, algunas sin mucho éxito, también sabéis quien sois y lo mucho que os quiero, a estas en especial quiero decirles que es madre la que cría y no la que pare, no perdáis la ilusión.
Y por último hoy me acuerdo de aquellas madres que son solo madres porque parieron es su día, y que se están perdiendo la gran aventura de criar un hijo, de compartir sus logros, sus frustraciones, que se pierden su beso de buenas noches, su amor incondicional, sus tropiezos en el camino y las grandes personas que llegaran a ser, a estas no sé que decirles, supongo que tendrán sus motivos, pero si la vida se lo permite que hagan el esfuerzo y vuelvan a ser madres, es muy difícil, no siempre gratificante, pero en el fondo, cuando los niños duermen y haces balance del día, cuando el enfado por su última trastadas se te ha pasado, te das cuenta de que realmente son tu razón de existir, que son ellos los que te ponen años, pero también los que consiguen que intentemos ser mejores mujeres, mejores personas para ser mejores madres.
Hoy quiero dedicarles mi entrada a todas ellas, por su puesto en especial a la mía y a todas las que tengo cerca, que me ayudan y me escuchan en mi día a día y que forman parte de nuestras vidas.
Feliz día a todas!