miércoles, 21 de julio de 2010

Sonrisas y carcajadas

Recordáis la primera sonrisa de un bebé, generalmente llega a los pocos días de nacer, o incluso el mismo día, en el caso de mis dos hijos, llegó el día de su nacimiento, para mi fue... maravilloso, como si se alegraran de verme, algo que hincha el corazón de una madre de una forma que solo ella sabe, aunque claro siempre llega el médico simpático o la enfermera de turno para quitarle la magia y soltar "es solo un reflejo", ¡que ganas de romper ese momento!, aunque yo creo que por más que te digan y aunque sepas que es verdad, ese instante es único, y convierte en únicas las sucesivas sonrisas, las que pasan de ser reflejos a atisbo de muecas, las que pasan de muecas a sonrisas verdaderas y las que pasan de sonrisas a las primeras carcajadas, esas carcajadas musicales, que te emocionan, que te arrancan otra a ti y que, como buena sentimental que soy, en mi caso unas lágrimas.
La primera carcajada del mayor, sonora y limpia, fue en octubre de 2005, en un viaje a Málaga, después del baño diario, estábamos sus tíos, su papi y yo y fueron unos minutos geniales.
Con el pequeño, fue hace más de un mes, pero ayer tuvimos uno de esos momentos íntimos que solo una madre tiene con su hijo, uno de esos ratitos, en los que no importa nada, ni los quehaceres diarios, ni si alguien te escucha, ni si estás haciendo el ridículo, una de esas oportunidades en los que te lanzas a una conversación de gugu-tata que te embriaga, por que cada gesto que haces desencadena una carcajada mayor, uno de esos segundos que se te quedan grabados a fuego y que sirven de aliento en el futuro...

sábado, 17 de julio de 2010

Mamá estás guapa!!!!

De mi segundo embarazo, además de un hijo precioso, me ha quedado, como a muchas desafortunadas, un par de kilos de más, que unidos a los que ya traía heredados del mayor, mi cuerpo está lejos de parecerse al que era hace cinco años, y como de momento el pequeño toma pecho, ni soñar con dietas ni nada parecido, así que al mirarme al espejo, la imagen de mi misma que se refleja, no es precisamente la que yo desearía.
No es que yo comente abiertamente delante de mis hijos mis inquietudes, pero supongo que como empáticos que son lo captan todo sin necesidad de palabras.
El caso es que desde hace un tiempo, cada vez que mi hijo me ve, ya sea arreglada para salir a una cena, ya sea recién levantada, me mira con un enamoramiento digno de Edipo y me dice "Mamá estás guapa!!!!", con lo que mis recientes complejos se esfuman como por arte de magia, por que no dicen que los borrachos y los niños nunca mienten?? ;)

martes, 13 de julio de 2010

El primer recuerdo

No sé cuando el mayor dejó de dormir en nuestro cuarto, cuando nació nos empeñamos en hacer las obras del escorial en casa, ja, como si no fuese suficiente traer un hijo al mundo, como si no diese trabajo, nosotros metemos una cuadrilla de albañiles, que total entre pañal y pañal siempre se puede levantar un tabique no? el caso es que como en todas las grandes reformas, las cosas se alargan más de lo que esperas, así que pasó de la minicuna a la cuna sin cambiar de cuarto, y si mal no recuerdo, para cuando pudo disfrutar de un poco de intimidad creo que ya sabía caminar, alrededor de un año y poco, con el pequeño hemos tenido más suerte, sólo nos ha dado por cambiar el color de las paredes, (no sé por que tenemos que asociar un cambio en la decoración, cada vez que aumentamos la familia ¿¡?) así que como nació grande, la minicuna se le ha quedado muy pequeña ya, (sólo tiene 3 meses!!!!) así que por razones obvias de espacio, anoche se trasladó al cuarto de su hermano. Pensé que la experiencia sería más traumática (para mi, no para él que duerme del tirón toda la noche) pero a parte de una infinita nostalgia, la verdad no ha sido para tanto.
Así que he dedicado el día a desarrollar otros campos que he descubierto durante la baja (manualidades y decoración de los cuales haré un apartado) y al final entre celo y papel pinocho me he decidido a escribir el blog, así tendré dos fechas a recordar, la del primer paso a la independencia infantil y el del día que decidí escribir un blog.

Recuerdos que olvidamos

Tengo dos hijos, uno de 5 años y uno de 3 meses, me he dado cuenta de que hay muchos momentos, que siendo muy importantes en la vida del mayor, yo he olvidado, la fecha del día que dijo mamá, el día que empezó a caminar, cuando dejó el pañal, cuando pasó de decir quiquines a decir calcetines, sé que son detalles insignificantes, pero a mí me gustaría recordarlos, así que aquí estoy, intentando hacer un cajón de sastre donde quepan todos esos acontecimientos, que el estrés, el trabajo, el día a día me hacen olvidar.
Además hemos decidido no tener más hijos, que en los tiempos que corren no están las cosas para familias numerosas, así que es mi última oportunidad de poder poner fecha, a sus grandes momentos.
Compartiremos momentos de todo tipo, de los que te arrancan una sonrisa, de los que terminan en una carcajada, de los que pides paciencia por que si te dan fuerza... por que es lo que tienen los niños, son capaces de provocar mil reacciones, y yo que soy una sentimental, me empeñaré en haceros partícipes de mis emociones...