No sé cuando el mayor dejó de dormir en nuestro cuarto, cuando nació nos empeñamos en hacer las obras del escorial en casa, ja, como si no fuese suficiente traer un hijo al mundo, como si no diese trabajo, nosotros metemos una cuadrilla de albañiles, que total entre pañal y pañal siempre se puede levantar un tabique no? el caso es que como en todas las grandes reformas, las cosas se alargan más de lo que esperas, así que pasó de la minicuna a la cuna sin cambiar de cuarto, y si mal no recuerdo, para cuando pudo disfrutar de un poco de intimidad creo que ya sabía caminar, alrededor de un año y poco, con el pequeño hemos tenido más suerte, sólo nos ha dado por cambiar el color de las paredes, (no sé por que tenemos que asociar un cambio en la decoración, cada vez que aumentamos la familia ¿¡?) así que como nació grande, la minicuna se le ha quedado muy pequeña ya, (sólo tiene 3 meses!!!!) así que por razones obvias de espacio, anoche se trasladó al cuarto de su hermano. Pensé que la experiencia sería más traumática (para mi, no para él que duerme del tirón toda la noche) pero a parte de una infinita nostalgia, la verdad no ha sido para tanto.
Así que he dedicado el día a desarrollar otros campos que he descubierto durante la baja (manualidades y decoración de los cuales haré un apartado) y al final entre celo y papel pinocho me he decidido a escribir el blog, así tendré dos fechas a recordar, la del primer paso a la independencia infantil y el del día que decidí escribir un blog.
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