Antes de quedarme embarazada por primera vez, la gente comentaba que se olvida muy pronto el tiempo de recién nacido de un bebé, yo ni lo entendía, ni lo creía, ¡Ilusa de mi!, vaya que si se olvida y con que rapidez, mi hijo pequeño tiene cuatro meses y ya casi ni me acuerdo, una pena, vamos.
Pero hay algo que creo que ninguna madre olvida, el primer instante con un hijo. Creo que es el momento más grande en la vida de una mujer que desea ser madre.
Tengo que aclarar, que yo, antes de mis hijos, los niños me gustaban un ratito, a ser posible entre los 0 y 3 años, que no diesen demasiada guerra y por su puesto la idea de la maternidad iba ligada a una creciente inquietud de pérdida de independencia e imposibilidad total de hacer las dos cosas que más me gustan, viajar y mantener mi vida social. Ja!!!!! la vida me ha demostrado que las edades de los niños se disfrutan todas por igual, ya no me importa tener niños 24 horas al día, incluso tengo medio adoptados a un par de amiguitos del mayor, con los que montamos tan pronto un castillo como una carrera de coches, yo, la primera en sacar juguetes ¡Por supuesto! y que mi independencia se ha mantenido intacta, esto sería imposible sin la incondicional y total colaboración de mi marido y que viajar y mantener la vida social son totalmente compatibles con la vida familiar, de hecho cuando hago cenas para amigos, nunca despacho a mis hijos. Digo esto por que no soy una madre vocacional que soñaba con el feliz momento de serlo, soy más de las que piensa que cada cosa tiene su edad y que no hay que mezclar para poder disfrutar de todas las etapas que nos toca vivir. Así que el sentimiento me cogió casi por sorpresa.
Hecha la aclaración, sigo, que a mi me dan cuerda y me disperso...
El primer instante con un hijo es sublime, único y maravilloso. Ya os he contado que yo no tuve partos, sino cesáreas programadas, pero tuve mi momento con cada uno.
En el caso del mayor, estaba muy preocupada de que todo estuviera bien y aunque la intervención se me hizo eterna, en el momento en el que me lo enseñaron sentí que todo cambiaba de repente, ya no seríamos nunca más dos, ahora había un ser pequeñito que dependía de mí, cuando me lo pusieron y me miró, todavía con un ojito medio cerrado, no pude más que tener que contener las lágrimas, no me lo podía creer, tenía un hijo y solo pensaba en poder abrazarlo para que sintiera todo lo que yo sentía por él (esto sigo haciéndolo y ahora con 5 años ya empieza a cansarse).
En el caso del pequeño, fue más impactante, por que al mayor lo trajeron ya tranquilo, pero el pequeño llegó llorando y en cuanto me lo acercaron y sintió mi mejilla contra la suya se calmó, creo que nunca me he sentido tan importante, solo necesitaba un roce mio para encontrar consuelo. Sin palabras...
No sé, es un amor a primera vista difícil de comparar con nada. Es muy grande y yo espero que todas las mujeres madres o no, puedan disfrutar de un momento semejante en su vida.
Mi amiga por fin a disfrutado de su momento, fue ayer por la tarde y la niña es preciosa, así que hoy mi entrada va dedicada a ellas y a su primer instante.
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