De mis primeros pensamientos de infancia, que soy capaz de recordar, tengo un par de ellos que marcaron mi vida, inconscientemente, para siempre. El primero fue descubrir que en el año 2000 tendría 25 años, que para mi corta edad se me antojaba que tenía que ser la mejor edad de mi existencia, el segundo fue llegar al convencimiento, no sé como, de que el amor de mi vida llegaría en forma de flechazo y que sería un noviazgo rápido, no sé porque, pero estaba convencida de que cuando lo encontrara me casaría con él enseguida. Ya sabéis que soy una romántica, así que encima soñaba con una boda de cuento.
Con el paso de los años me fui afianzando en mis convicciones, a los 21 años y herida de amor, hice un viaje por casualidad, mi mejor amiga al verme mal, me propuso ir a ver a su novio, que por entonces trabajaba en otra ciudad y yo me dejé llevar, llegué con muchas ganas de divertirme y olvidar y como recibimiento nos esperaban el novio de mi amiga y su compañero de trabajo, lo vi y me enamoré, pero no solo me enamoré sino que encima sentí que era ÉL, ese que esperaba desde niña y con el que tendría mi boda de cuento, no se como pero lo supe. En la semana que estuvimos juntos congeniamos muy bien, tanto que él que es un chico muy reservado con su vida, llegó a contarme todo sobre si mismo.
La química entre nosotros era tan evidente que incluso una persona ajena a los cuatro, me dijo directamente "tu vuelves". Hasta ese momento entre nosotros no había nada, muchísimas horas de conversación y una noche entera de paseos y confidencias a la luz de la luna. Un intercambio de direcciones y teléfonos y la promesa de seguir en contacto, nada más.
Esa noche fuimos al cine y cuando llegábamos, ya empezaban los trailers, mi amiga y su novio fueron a comprar palomitas y nosotros a buscar sitio en la sala, al entrar en esta y como estaba a oscuras, él me cogió la mano indicándome donde había butacas libres, en ese momento cambió todo, el mundo se paró literalmente y si el amor se puede sentir físicamente yo lo sentí, me recorrió una sensación tan intensa que hoy puedo recordarla con claridad, ¿como un contacto tan inocente y casual, puede provocar una hecatombe en la vida de dos personas?, lo mejor es que fue mutuo.
A partir de ahí parecíamos dos colegiales y eso que ambos teníamos nuestras historias a la espalda, pero parecía que éramos novatos, estuvimos nerviosos y diciendo tonterías, hasta que nos quedamos solos, entonces, me besó a traición, realmente lo importante no fue el beso si no lo que me dijo a continuación "si te pido que vengas a vivir aquí, que me contestas?", estamos hablando de que no nos conocíamos, que yo vivía en el otro extremo de España y que tenía 21 años y él 25, vamos unos crios. Y le dije que tenía un cincuenta por ciento de probabilidades, al volver a mi ciudad no pudimos con lo evidente y después de 4 días sin saber nada el uno del otro me llamó, estuvimos dos meses yendo y viniendo y al cabo de ese tiempo decidimos que no podíamos estar así, compramos un piso en su ciudad y en dos meses más vivíamos juntos, sin nada, con una promesa de amor y un piso vacío, pero nos daba igual, no diré que fue fácil, el primer año fue duro, no nos conocíamos y la convivencia muy complicada, pero lo superamos, el 30 de septiembre de 2000, el día que cumplía 25 años me casaba en una boda de cuento de hadas, el resto ya lo sabéis dos hijos en común y trece años juntos, tenemos nuestros problemillas como todo el mundo, pero los que nos conocen saben que somos una pareja feliz, así que ya sabéis si tenéis una convicción en vuestra vida luchar por ella, ¡a mi me salió bien!
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