Voy un poquito atrasada, lo reconozco, se me acumula el trabajo, pero creo que conseguiré volver al ritmo inicial, o eso espero! vosotr@s no me abandonéis, tengo un par de cosillas en el tintero, así que hoy ración doble, empezamos...
Todavía estamos de resaca de halloween, día de difuntos o todos los santos de toda la vida, yo no sé vosotros pero en mi casa (creencias religiosas de cada uno aparte) el día de difuntos nos íbamos a eso, a ver difuntos, y mientras todo el mundo limpiaba tumbas y generaba un colapso en el tráfico de los alrededores del cementerio, los niños nos dedicábamos a rondar por allí perdiendo el tiempo, esperando a que aquella tarde pasara pronto, porque un cementerio no es un parque precisamente, aunque más de una colleja nos hemos llevado mis primos y yo por intentar que lo pareciera.
Como nos hemos ido abriendo al mundo poco a poco, al final todo llega y las costumbres extranjeras se han ido instalando en las nuestras, así hemos terminado celebrando halloween en vez de día de difuntos, que desde el punto de vista de los niños, creo que es más divertido, no nos engañemos es mejor pedir caramelos que ver como limpian tumbas, que no estoy yo en contra de esto, pero estaréis conmigo en que no es sitio para ellos.
Este año teníamos plan, nos íbamos a lucir disfraz a un centro de ocio, pero mi hijo el mayor tenía planes propios, habían quedado él y otros niños (supervisión maternal incluida) para ir a pedir caramelos. Así que decidimos que el tiempo decidiera por nosotros, el tiempo decidió lluvia, con lo cual el paseo para lucirse se anulaba, nos quedaba la esperanza de que si dejaba de llover a lo mejor podría ir al encuentro de sus amigos, de esta manera nos pasamos media tarde sin saber si saldría o no a corear el famoso "truco o trato", al final las inclemencias dieron tregua y los niños pudieron salir, la satisfacción de mi hijo era total, además las mamis que organizaban habían elaborado pack completo, primero rosario de chuches, esto es más mallorquín que de halloweenn, pero los niños en cuestión de golosinas no entienden de nacionalidades, después sesión completa de vestuario y maquillaje y ¡por fin! ronda completa al pueblo, así que cuando llegó a casa y vio el recibimiento (no es gran cosa pero él no esperaba nada) se emocionó muchísimo, creo que esas cosas son las que compensan todo, se divirtió tanto y llenó tanto su cesta-calavera que le he tenido que prometer que el año que viene el recorrido termina en fiesta de disfraces en casa, si se ilusiona la mitad de lo que lo hizo ese día ya me daré por satisfecha, aclararé que es el primer año que sale y que como hace dos años los niños vinieron a pedir y no sabíamos que lo harían no teníamos caramelos y el año pasado compramos y los niños no pasaron, mi hijo que era todavía pequeño para pedir pero no para dar se quedó muy decepcionado esperando, así que este año ha resarcido todos los sinsabores de los años anteriores, creo que es un buen principio que solo puede ser mejorado el año próximo.
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