miércoles, 27 de octubre de 2010

Cuando tu alter ego va a trabajar

Tengo una amiga y compañera de trabajo que es la sinceridad en persona, con ella he tenido una de las relaciones más raras de mi vida, por mediación de terceras personas la percepción que teníamos la una de la otra era bastante diferente de lo que ambas somos en realidad, la casualidad quiso que tuviésemos que trabajar codo con codo en una ocasión y eso nos dio la oportunidad de ver como somos realmente, creo que ambas nos llevamos una grata sorpresa y nos brindó la ocasión de ser amigas, de eso hace ya unos años y en este tiempo me reafirmo, es toda sinceridad, para lo bueno y para lo malo, admiro profundamente su capacidad para decir las cosas tal y como las siente, siempre le he dicho que las palabras van de su corazón a su boca sin pasar por su cabeza... en ella coexisten varias mujeres, todas geniales que se complementan entre si y que dan lugar a lo que ella es, por las mañanas llega siempre acelerada y su humor depende de la noche que haya pasado, en mi provoca un estado de estrés curioso, por que aunque me contagio de su "acelerón" se que si dejara de trabajar con ella la echaría de menos. Parece fuerte y segura de si misma y realmente lo es, aunque hay una parte de ella más sentimental que aflora pocas veces, suele reservarla para sus chicos, los amores de su vida su marido y sus hijos, yo he tenido la oportunidad de verla en esa faceta más personal y conmigo me llevo uno de esos momentos, el año pasado aprovechando la celebración de mi cumpleaños me escribió una carta llena de su particular sentido del humor, una carta cargada de emotividad y que provoca en mí las mismas lágrimas que arrancó la primera vez que la leí.  Pero aquí es donde reside lo peculiar de nuestra relación, después de tantos años de convivencia laboral y de compartir más de un momento personal, se ha llevado una sorpresa tremenda al descubrir que escribo un blog, creo que ha visto una parte de mi que desconocía y que yo creí que le había enseñado, pero se ve que no es así, así que hoy mi entrada es para ella, para que vea en mis letras lo que soy de verdad, espero que no le disguste lo que he escrito, aunque si lo hago, se cierto que mañana me lo dirá. Por que ella es así.
Así que hoy quiero hablaros de mi. Durante la baja me he reencontrado a mi misma, he desarrollado facetas de mi que tenía abandonadas y he cambiado mi visión de los problemas, ahora procuro que pase lo que pase, el vaso esté medio lleno y no medio vacío, pero creo que en esencia no he cambiado, siempre he sido así, me gusta escribir desde niña, tengo montones de diarios y libretas de poesías que lo atestiguan, me encanta todo lo que tenga que ver con el diseño y la decoración, aunque hasta ahora no he tenido el tiempo suficiente para profundizar en este campo y lo más importante soy "muy de los mios", es decir, muy amiga de mis amigos y muy de mi casa y de mi gente, los que me conocen saben que no tengo nada mio, que todo es para los que me rodean y que disfruto muchísimo regalando y haciendo cosas que harán más felices a los demás, soy muy detallista y romántica por encima de todas las cosas.
Esta descripción de mi misma es incompleta, ya que como en todas las personas, dentro de mi coexisten varias mujeres que se complementan en el día a día.
Primero está mi yo "mamá" un yo que tiene dos caras como Dr jekyll y Mr hyde, la madre empeñada en no criar unos niños malcriados, lo que genera en mi un pequeño complejo de ser casi siempre la madre que más chilla o la que más riñe y la mami cariñosa y abnegada una que se revuelca con sus hijos en la alfombra y los contempla mientras duermen, una que busca estrellas fluorescente para crear un cielo en sus sueños y que se emociona con cada pequeño logro de su día a día.
La siguiente en la lista es mi yo "esposa", es una de las mujeres que me hace sentir más realizada, tengo un marido maravilloso que me hace sentir cosas tremendas después de 13 años juntos, un hombre que me completa, que me alienta a ser mejor cada día, que me acompaña en esta lucha que es la vida, somos compañeros, amigos y amantes y eso es lo mejor que puede tener una pareja y yo disfruto de esto cada día.
Después la sigue de cerca mi yo "mujer" un yo que se debate entre instalarse de una vez en el mundo adulto o quedarse anclada en un océano de recuerdos de adolescencia, recuerdos que me provocan sensaciones olvidadas.
Y por último mi yo trabajadora, esta es la que más dolores de cabeza me da, me gusta mi trabajo y creo que lo hago bien, pero creo que es en este campo donde descargo mis pequeñas frustraciones diarias. Sé separar mis problemas laborales de los caseros, pero se ve que este yo es el que se lleva la peor parte de mi misma y esto ha llevado a una confusión en el entorno que me rodea. Creo que me he ganado una imagen de borde e implacable, una imagen que no se corresponde del todo con la realidad ya que si me tuviese que describir en una palabra sería "sentimental", el problema es que en el argot laboral esta palabra no existe... será por eso que no soy yo la que va a trabajar sino que la que madruga cada mañana para hacerlo es mi alter ego y esta no es tan simpática como yo esperaba, así que espero  que con este reencuentro de mi misma mi otro yo también haya mejorado un poquito o por lo menos sea  menos antipática de lo que era antes.

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