¡¡¡¡FELIZ 2012!!!!, ESPERO QUE ESTE AÑO QUE TERMINA SOLO SEA EL PRINCIPIO DE ALGO MARAVILLOSO PARA TODOS.
Con el nacimiento de mi segundo hijo he sido consciente de los millones de momentos que olvidamos sobre ellos, pequeñas insignificancias que componen su vida y la nuestra, así que este blog nace para recopilar todo aquello que la memoria no retiene y que en el futuro me gustaría rememorar. Bienvenidos a nuestros recuerdos!!!
Parece mentira, pero ya ha pasado otro año, tengo una sensación agridulce, como casi todo el mundo, estas navidades no parecen navidades, y el sentir general es de que pasen pronto estás fiestas, pero por otro lado están los niños, ellos no tienen la culpa de nuestros problemas, y aunque este ha sido un año duro, tenemos que esforzarnos porque ellos sean siempre felices.
Querido Papa Noel, ni recuerdo la última vez que te escribí, o si realmente lo hice alguna, quedan apenas unos días para que surques los cielos repartiendo regalos e ilusión, y antes de que se me pase la oportunidad, quería aprovechar para hacer unas cuantas peticiones. Que conste que, como todas las cartas, esta es improvisada, así que no sé cuan extensa saldrá, pero como la mayoría de deseos no son cosas materiales, a lo mejor estamos a tiempo de que los eches en tu saco.
En honor a la verdad, esta entrada no la he escrito yo, sino que se la he robado a mi marido, el la escribió en su muro de face, y a mi me ha emocionado tanto, que me la he traído a mi baúl de recuerdos particular.
Hay numerosos lenguajes, algunos de ellos universales como la música o las matemáticas, son lenguas que mueven el mundo y que consiguen que el mundo se comunique, pero... ¿que pasa cuando los que tienen que comunicarse viven en la misma casa y no hablan el mismo idioma? si son mayores no pasa nada, encontraran la forma, pero ¿y si son pequeños?, ¡¡Si son pequeños mejor!! entonces no existen barreras de ningún tipo, mi hijo pequeño habla muchísimo, pero no se le entiende nada, él narra su vida entera y retransmite todo lo que hace, pero solo su cerebro es capaz de traducirlo, bueno... y el de su hermano.
Vuelta al cole... por segunda vez... no sé si recordaréis que el año pasado, como casi todas las mamis desafortunadamente hipotecadas, tuve que enviar a mi peque a la escoleta con 5 meses porque yo tenía que volver a trabajar, lo que pensé que iba a ser muy traumático, fue genial para él y un poco triste para mi. Mi bebé se hacía grande y ¡ni se inmutaba! y yo allí al borde del llanto porque ya no volvería nunca más a tener un bebé...
Estamos en un momento en el que entramos en una vorágine de recuerdos, cada día nos proporciona una primera vez de algo. Mi peque tiene ya 17 meses y el mundo se le queda pequeño, las horas no son suficientes para sus descubrimientos y cada minuto está lleno de sorpresas, vuela más que camina, y todo es susceptible de ser analizado, es muy observador, quizá demasiado, y sí, lo digo con un poco de retintín, en cuanto ve como se hace algo, inmediátamente intenta imitarlo, por su puesto ignorando el peligro que pueda implicar.
He llegado a la conclusión, de que en mi árbol genealógico, tenemos alguna sirena de antepasado, al mayor le gusta mucho el agua, pero lo del pequeño es obsesión, el año pasado con 5 meses ya dio muestras de gustarle, pero este año hay que ir a la piscina con escolta. Mientras no ha caminado, no hemos tenido demasiados problemas, pero ahora que anda... menudo peligro, ve agua, aunque sea un vaso e intenta meter la cabeza. Como es muy kamikaze, rescatamos los manguitos del mayor y ayer nos fuimos a la piscina un poco más tranquilos, por lo menos si se caía a la piscina flotaría, a la playa ya ni lo intento, que hasta que no tengamos pleno dominio, es mejor no tentar a la suerte.
Mi peque ya camina!!!!!!! No se si recordáis los primeros pasos de los vuestros, nosotros con el mayor nos lo perdimos, porque no fue en mi casa, sino en la de su abuela, menos mal que estamos modernizados y está grabado en vídeo, así puedo verlo cuando quiera.
Ya os he contado que fue el cumple de mi peque grande, como faltaban 3 de sus "mas mejores amigos" decidimos posponer unos días la fiesta, hoy por fin ha llegado el día, se ha levantado nervioso, y se ha pasado cada minuto preguntando cuanto faltaba para la fiesta. La fiesta no era gran cosa, unos bocadillos, una piñata, una tarta de chuches y muchas ganas de divertirnos en la piscina del pueblo. Pero suficiente para ser un gran acontecimiento en su vida.
Como pasa el tiempo, hace unos días fue el cumple de mi peque grande, los hijos nos echan años encima, pero también nos dan la vida, nos llenan de recuerdos y lo más importante, nos enriquecen y nos hacen ser mejores personas.
Hoy no estoy muy inspirada para escribir, pero tengo una reflexión que me ronda, y que si comparto, a lo mejor ayuda a mamas en mi misma situación. Ya os he dejado caer en un par de ocasiones que el ambiente en mi trabajo está un poco enrarecido, os cuento la historia desde el principio y mi conclusión final y si le sirve a alguien lo daré por bien empleado.
Hoy he vivido uno de los momentos más grandes de la existencia de mi pequeño, aunque hasta ahora tenía un ritmo un poco lento, ahora parece que ha cogido carrerilla, está imparable, todavía no camina, pero se desplaza muy rápidamente agarrado a todo, le han regalado un tobogán y ha descubierto que puede subir y deslizarse, y no para de repetirlo, él es muy independiente y poco cariñoso, todo lo contrario que el mayor, que mientras escribo me da besos, así que hoy he vuelto a intentar que me diera un beso, hasta ahora, solo habíamos conseguido que dijera adiós con la mano, y lanzara besos, pero de darlos nada de nada, así que yo en mi persistencia, le he repetido un montón de veces, "dale un besito a mamá", y al final como todo empeño tiene recompensa, se ha lanzado a mis brazos y me ha besado, bueno, me ha llenado de babas, pero ME HA BESADO, ha sido increíble y lo mejor es que se lo he pedido varias veces y lo ha repetido, ha sido genial, además he descubierto que también sabe dar besitos de esquimal, y aquí si que me he tenido que reír, me he acercado a darle un beso y el ha frotado su nariz contra la mía, lo hemos repetido un par de veces, y cuando se lo he contado a su papá, el mayor me ha comentado que se lo había enseñado él, me he quedado un poco extrañada, pero el grande se lo ha pedido al pequeño, y el pequeño se lo ha dado, ha sido un gran momento de a 4.
Hace un tiempo, no se si recordaréis, un atisbo de diente asomaba, no sé que fue al final, porque no llegó a salir, estamos cumpliendo quince meses, y esta semana, ¡por fin! le ha salido su primer diente, ya os he contado que él tiene su propio ritmo, y se ve que es para todo, aunque a él le da igual, antes de que sus dientecitos decidieran aparecer, ya comía de todo, y de hecho cada vez quiere menos papillas, y tanto le da, pescado, pollo, jamón o queso, el caso es que no hay quién lo pare, con la sopa de fideos no tiene medida, tenéis que verlo, cada vez que empieza con una nueva textura, se mete los deditos en la boca y saca la comida, la mira y vuelve a probar, pero bueno experimentado también se aprende, y él sin sus dientes ha aprendido a comer, mi pregunta es... si sin dientes ya comía bien, ahora que le están saliendo 4 de golpe, habrá quién lo pare?
Ya sabéis que estoy de retiro obligado hoy y encima he tenido que someterme a una maratón de dibujos animados, así que mis niveles infantiles están más que satisfechos, por eso necesito un poco de escritura adulta, he recordado que no os había contado mi último momento romántico con mi chico, y éste es de los que merecen ser recordados.
Todos los hijos son iguales, en el sentido en que darías la vida por ellos, da igual cuantos tengas, todos son igual de importantes, a todos los amas igual, y no puedes elegir entre ninguno de ellos, esto es un hecho cierto y todas las madres estarán de acuerdo conmigo, lo que es diferente es la conexión que tienes con cada uno de ellos, conectas de forma diferente, no sé si es químico, o hay una explicación metafísica, pero es cierto.
Ya conocéis mi historia y de como conocí a mi marido, hoy hace 14 años de aquello, me llamó, me pidió que lo intentáramos, a pesar de la distancia, a pesar de los comentarios y a pesar de lo jóvenes que éramos, yo completamente enamorada dije sí, me movía ese amor, mi corazón me decía que tenía que intentarlo, más vale arrepentirse de haberlo hecho que de no hacerlo. 4 meses después de aquella llamada nos íbamos a vivir juntos.
No sé que sintió mi madre cuando yo nací, pero supongo que el sentimiento fue similar a los que yo sentí cuando nacieron mis hijos, es una emoción desbordante, es un amor intenso y es un miedo indescriptible, miedo a equivocarte, a no saber educarlos, a no poder darles todo lo que necesitan, a no ser la mejor. Yo en los dos primeros encuentros, en el momento de conocerlos, de abrazarlos y besarlos, no puede contenerme y empecé a llorar de felicidad.
Os tengo un poco abandonadillos, pero las cosas son complejas, llevo unos días de bajón, se avecinan cambios en el trabajo y no sé hasta que punto es para mejor... de todas formas mi vida personal, como siempre, roza la perfección, mi hijo hace progresos por días, ha dado un cambio radical, de ser tranquilo y vago, ha pasado a ser un niño muy activo, de repente un día descubrió que podía levantarse y se obró el milagro, ha cambiado su pereza habitual por un frenesí total, empieza a gatear, y también se pone de pie cada vez que puede, todavía no hace el intento de caminar, pero se acerca bastante, experimenta con una sola mano y le hace mucha gracia.